Hiperactividad (TDAH)
¿QUÉ ES LA HIPERACTIVIDAD O TDAH?
Trastorno por déficit de atención e hiperactividad infantil (TDAH)
La hiperactividad infantil, también denominada trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), es un trastorno caracterizado por la presencia de inatención o hiperactividad e impulsividad, que afecta al funcionamiento de la persona que lo sufre en varios ámbitos de su vida. Para el establecimiento del diagnóstico los médicos consideran que es necesario que se den estas tres circunstancias:
· Que los síntomas hayan aparecido antes de los siete años.
· Que los síntomas interfieran de forma significativa en la actividad académica, social, familiar y laboral del niño, adolescente o adulto.
· Que los síntomas no puedan ser explicados por la presencia de otra patología.
La hiperactividad infantil es una alteración provocada por un desequilibrio entre dos neurotransmisores cerebrales: la noradrenalina y la dopamina, que afectan directamente a las áreas del cerebro responsables del autocontrol.
Se estima que entre un 3% y un 7% de la población infantil padece este trastorno, que predomina en varones, con una proporción de 4 niños frente a 1 niña.
El TDAH afecta con la misma frecuencia a todas las razas y culturas, pero se diagnostica más en poblaciones con un nivel cultural y económico medio a alto, porque en éstas se identifica con más frecuencia el impacto familiar, escolar y social del trastorno. El componente genético está asociado hasta en un 75% de los afectados por este trastorno. Para hacerse una idea, el factor hereditario en la depresión es del 39%, en el cáncer de mama es del 27% y en algunas características físicas como la altura es del 93%.
Sin embargo, en esta afección y, especialmente, en la forma en que se manifiesta, también influyen poderosamente otros factores biológicos no genéticos y los factores ambientales.
SÍNTOMAS DE LA HIPERACTIVIDAD INFANTIL:
Síntomas de la hiperactividad infantil
Los niños con Trastorno por déficit de atención e hiperactividad infantil (TDAH) presentan tres síntomas básicos:
Hiperactividad
· Están siempre en movimiento. Incluso cuando están sentados es frecuente que muevan las manos o los pies.
· Se levantan durante las clases, o en otras situaciones en las que deberían permanecer sentados.
· No suelen jugar o divertirse en silencio o tranquilamente.
· Se entrometen en las actividades ajenas y tocan cosas que no deben.
· Hablan en exceso.
· Suelen tener más accidentes de lo habitual.
Impulsividad
· Interrumpen constantemente conversaciones y juegos.
· Son muy impacientes, les cuesta esperar su turno.
· Suelen resistirse a la disciplina.
· Responden impulsivamente, sin esperar a que la pregunta haya sido completada.
· Son poco previsores y no planifican sus tareas.
· No distinguen el peligro.
· Presentan escasa tolerancia a la frustración.
Déficit de atención
· Son reacios a implicarse en actividades que requieren un esfuerzo mental sostenido.
· No prestan atención a los detalles y cometen errores en los deberes escolares.
· No parecen escuchar cuando les hablan.
· Les cuesta seguir instrucciones y no finalizan sus tareas.
· Se distraen y cambian continuamente el foco de atención, sin alcanzar nunca el objetivo, tanto en las tareas escolares como en actividades lúdicas.
· Pierden objetos con frecuencia (lápices, cuadernos, etcétera).
EVOLUCIÓN DE LA HIPERACTIVIDAD INFANTIL (TDAH)
Evolución de la hiperactividad infantil (TDAH)
El TDAH es un trastorno crónico que suele manifestarse antes de los siete años de edad. A lo largo del desarrollo del niño, los síntomas pueden cambiar, aumentar o disminuir, pero más del 80% de los niños siguen presentando problemas en la adolescencia; y entre el 30-60%, en la edad adulta.
De acuerdo a las diferentes etapas del desarrollo del niño, los síntomas del TDAH se manifiestan como se detalla a continuación:
· Niños pequeños (1 a 3 años): el niño presenta cambios en su carácter y su relación con los padres está muy condicionada por el trastorno.
· Pre-escolares (3 a 6 años): se observa que muestran menos interés de lo normal por los juegos y que los abandonan enseguida (pasan de una cosa a otra sin prestar detenerse), y manifiestan problemas de adaptación social (tienen dificultades para hacer amistades y relacionarse con otros niños).
· Alumnos de primaria: se distraen con facilidad, su conducta es impulsiva y tienen trastornos específicos de aprendizaje, que se traducen en notas bajas y repetición de cursos. Su comportamiento puede ser agresivo (se muestran tercos y desafiantes) y suelen ser rechazados por sus compañeros. También es habitual que tengan una baja autoestima, sobre todo si los padres y familiares cercanos no comprenden la naturaleza de su conducta.
· Adolescentes (13 a 17 años): tienen dificultades para hacer planes y organizar sus tareas, conducta agresiva, escasa integración social, tendencia hacia la delincuencia y las adicciones (alcohol, drogas), problemas emocionales y accidentes. La incidencia de accidentes de tráfico, por ejemplo, es mayor para conductores adolescentes con TDAH no tratado que para otros conductores adolescentes (57% frente al 39%).
· Adultos (28 años y mayores): en los adultos el TDAH se asocia a otros trastornos mentales, abandono de los estudios (entre el 10 y el 30 por ciento de los adolescentes dejan de estudiar, y solo el 5% llega a terminar una carrera universitaria), problemas para adaptarse en el entorno profesional e, incluso, comportamiento antisocial que puede conducirles a la delincuencia.
DIAGNÓSTICO DE LA HIPERACTIVIDAD INFANTIL (TDAH)
Diagnóstico de la hiperactividad infantil (TDAH)
El diagnóstico del TDAH es complejo y se basa especialmente en la información aportada por los padres y profesores del niño. El médico, que debe estar especializado en el reconocimiento y tratamiento de este trastorno (neuropediatra, psiquiatra infantil, neurólogo), realiza una evaluación basada en la observación del comportamiento del niño y en los datos que le han facilitado los familiares, el centro escolar, etcétera.
Es importante evaluar también el nivel intelectual del niño con test específicos, para descartar que la alteración de su conducta se deba a otros problemas de aprendizaje o a un bajo coeficiente intelectual.
El Manual de Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales (4ª edición DSM-IV), publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría, define los criterios para la evaluación de esta enfermedad, y establece que para diagnosticar este trastorno en un niño es preciso que presente al menos seis síntomas de inatención o de hiperactividad / impulsividad, y que estos síntomas se hayan manifestado antes de los 7 años de edad, y al menos en dos ámbitos distintos de la vida del menor (por ejemplo en su casa y en el colegio), durante un mínimo de seis meses.
Se distinguen tres formas en las que se manifiesta el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, según los síntomas que predominen:
· TDAH tipo hiperactivo impulsivo: el niño presenta principalmente hiperactividad e impulsividad.
· TDAH tipo inatento: el niño presenta principalmente inatención.
· TDAH tipo combinado: el niño presenta hiperactividad, impulsividad e inatención.
TRATAMIENTO DE LA HIPERACTIVIDAD INFANTIL (TDAH)
Tratamiento de la hiperactividad infantil (TDAH)
El tratamiento del TDAH se basa en técnicas conductuales y en la administración de fármacos, o en la combinación de ambos.
El tratamiento farmacológico es imprescindible en siete de cada 10 niños con TDAH. Son tratamientos individualizados, identificando la dosis mínima eficaz y bien tolerada por el paciente. Aunque hay otras alternativas farmacológicas, el tratamiento habitual es mediante psicoestimulantes, que mejoran la liberación de noradrenalina y dopamina.
Los objetivos del tratamiento de la hiperactividad infantil son los siguientes:
· Mejorar o anular los síntomas característicos del TDAH.
· Reducir o eliminar los síntomas asociados.
· Paliar las consecuencias del TDAH sobre la capacidad de aprendizaje, las relaciones sociales, la interacción con la familia, etcétera.